lunes, 5 de febrero de 2007

Pau, vete ya

A diferencia de los aficionados de Memphis, yo lo digo de corazón. Sé que al jugador español no le faltan ganas, es más, lo está deseando. Pero ya sabemos cómo van estas cosas: al final los jugadores se convierten en monedas de cambio, figuras con números y medias, contratos millonarios, posiciones de juego...


Jerry West está esperando al mejor postor. Él expone lo que busca, la llave que necesitaría para soltar los grilletes del “Gigante anotador”, y escucha gustoso las propuestas de los candidatos, como el rey que va analizando el mejor prometido para su hija.

Se oyen muchos nombres: Bulls, Celtics, Nets... y con todos ellos se ha especulado, imaginando lo que pueden ofrecer a los Grizzlies y lo que a éstos les puede venir bien para su futuro. Hay muchos rumores sobre lo que buscan y esperan en Memphis a cambio de Gasol. Unos dicen que prefieren jugadores jóvenes con contratos pequeños para poder reconstruir un equipo ganador y resurgir de las cenizas cuán Ave Fénix. Otros aseguran que prefieren una súper estrella que pueda ser comparable a Pau con un contrato a punto de finalizar para poder guardar los ahorrillos y fichar nuevas promesas. O tal vez una combinación de ambas cosas.

El caso es que hablar se habla mucho, salvo Pau, que prefiere no “mojarse” y decir simplemente que espera acabar en un equipo que le quite su “mono” de ganador. Y es que habiéndolo ganado casi todo, a el catalán le han entrado unas ganas increíbles de sentir eso de llevarse un anillo en la mejor liga del mundo, cosa que en Memphis ve demasiado lejos ya.

Desagradecido todo aquél que ahora le abuchea y le pita por ser sincero y manifestar claramente que quiere irse. Pero así es la vida de una estrella, los que un día te aplauden hasta dejarse las palmas de las manos rojas, al día siguiente te gritan y te rechazan como si fueses un cualquiera, un traidor.

Gasol admite que, aunque no quiera, la situación le llega a afectar, pero sigue demostrando tras la vuelta de su lesión que sigue siendo un grande. Quiere enamorar y dejar claro a todo aquél al que le gustaría tenerle en su equipo que es una apuesta segura, que es un gran jugador, pese a quien pese.

Suerte, Pau.

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